¿Qué es el hipotiroidismo?
El hipotiroidismo es una disfunción que provoca que la glándula tiroides no produzca suficientes hormonas tiroideas, por lo que el cuerpo no puede seguir funcionando con normalidad y la actividad orgánica disminuye o se ralentiza.
Aunque no tiene cura, es por regla general, una enfermedad fácil de controlar. Solo si se no se diagnostica y se deja sin tratar, se intensifican los síntomas derivados del hipotiroidismo y, en situaciones extremas, puede evolucionar a una hinchazón generalizada, insuficiencia cardíaca e insuficiencia respiratoria.
¿Quién padece hipotiroidismo?
Según datos de la Clínica Universidad de Navarra, se trata de una enfermedad que afecta con mayor frecuencia al sexo femenino, pues lo sufren el 2% de las mujeres adultas, frente al 0,1-0,2% de los hombres. Se suele desarrollar a partir de los 40 o 50 años, sobre todo, cuando su causa es autoinmune.
Los síntomas del hipotiroidismo:
- Aumento de peso: debido a que las células queman menos energía.
- Sequedad de piel y cabello, con pelo y uñas frágiles y quebradizos.
- Cansancio y/o somnolencia.
- Menor capacidad de concentración, fallos en la memoria y olvidos.
- Mayor sensibilidad al frío.
- Voz ronca y cara hinchada.
- Estreñimiento.
- Dolores y/o calambres musculares.
- Rigidez o hinchazón en las articulaciones.
- En las mujeres, trastornos menstruales.
Aunque es una enfermedad crónica, el hipotiroidismo es controlable con medicación de por vida.
El tratamiento farmacológico se basa en la sustitución de la hormona T4 que la tiroides ya no es capaz de producir, por tiroxina sintética (T4) a través de la toma de una dosis diaria. Este tratamiento es el pilar más importante para que los distintos órganos y aparatos sigan realizando sus funciones, incentivados por la hormona tiroidea que, en este caso, en lugar de producirse en nuestro interior, se administra en forma de medicación. De esta manera, se consiguen regular los niveles hormonales y el metabolismo vuelve a la normalidad. Igualmente, se reduce el colesterol y, si ha habido aumento de peso, suele revertirse.
Para mantener estables los niveles de hormonas tiroideas, es importante no saltarse nunca la toma diaria del medicamento. También se debe informar al médico en caso de ingerir fármacos o suplementos que puedan interferir en la capacidad del organismo para asimilar la tiroxina como la soja o la fibra ingeridas en grandes cantidades, los suplementos de hierro o de calcio o el hidróxido de aluminio que, por ejemplo, se encuentra en algunos antiácidos.